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#ANosaHistoria: Se cumplen 50 años del accidente mortal de Gullón

Equipo deportivista que se midió al Elche en Altabix, el 1 de mayo de 1966. Gullón es el primero agachado por la izquierda.

El 21 de diciembre de 1967, el deportivismo se tiñó de luto debido al fallecimiento de Ramón Fernández Gullón, futbolista blanquiazul que en aquellos momentos se encontraba cedido al Villarreal.

Gullón aterriza en A Coruña al inicio de la campaña 1965-1966, como parte del traspaso de Veloso al Real Madrid, junto al mediocampista Santos Bedoya. Además, el Club, presidido desde pocos meses antes por Antonio González, ingresa 4 millones de pesetas.

El Deportivo, en plena era del 'equipo ascensor', acaba de descender a Segunda. Gullón no debuta hasta la 3ª jornada, aunque lo hace con brillantez. A los 7 minutos de vestirse por primera vez de blanquiazul, marca el tanto que vale la victoria ante el Burgos (1-0). Juegan aquel 19 de septiembre de 1965: Joanet; Aurre, Manolete, Domínguez; Santos, Escolà; Gullón, Loureda, Chapela, Montalvo y Ribada. Como curiosidad, realiza el saque de honor del partido el tenista Manolo Santana, que una semana antes se convierte en el primer español en ganar el US Open.

En las dos siguientes jornadas también marca, colaborando en la conquista de 4 puntos más, en campo del Indautxu (1-3) y en Riazor ante el Racing de Santander (1-0).

Después de prácticamente cinco meses fuera del equipo, Gullón recupera la titularidad en el tramo final de la temporada, formando parte del equipo que, tras empatar 2-2 en el Camp Nou ante el Condal, logra el ascenso matemáticamente en la penúltima jornada. Aquel día, el Dépor, dirigido por Enrique Orizaola, juega con Joanet; Lariño, González, Domínguez; Santos, Manolete; Gullón, Loureda, Chapela, Escolà y Ribada.

La temporada 1966-1967, Gullón juega cedido en el Rayo Vallecano debido a que se ve obligado a regresar a Madrid para cumplir con el servicio militar.

Gullón retorna a la disciplina blanquiazul en el verano de 1967. Juega toda la pretemporada con el Deportivo. Sin embargo, el 27 de agosto de 1967 disputa su último partido como blanquiazul, un amistoso frente al Ourense en el estadio de O Couto. Pedro Eguiluz es el técnico coruñés. Los locales vencen por 2-1. Poco después, Gullón se marcha cedido al Villarreal.

De regreso a Madrid por las fiestas navideñas, Gullón se cita el miércoles 20 de diciembre con, entre otros amigos, el exdeportivista González Sanromán, un componente de la plantilla blanquiazul, Morilla, y sus respectivas parejas. Todos meriendan juntos en la Casa de Campo. Al regreso a la capital, el vehículo matrícula M-622395, conducido por otro de sus amigos, Antonio Segovia del Rey, derrapa en las inmediaciones de la Glorieta de los Toreros. Una de las puertas se abre por el brusco frenazo. Gullón sale despedido por ella, sufriendo fuertes traumatismos.

Trasladado en estado grave a la Residencia Sanitaria de La Paz, los médicos tratan de evitar el fatal desenlace. Su fallecimiento se confirma durante la mañana del día siguiente.

Gullón solamente tenía 23 años de edad. En el Dépor jugó poco aunque con un buen rendimiento: disputó 14 partidos oficiales, en los que anotó 5 goles. Meses antes de fichar por el Dépor, había sido internacional en la categoría amateur en 5 ocasiones (2 goles), junto a jugadores de la talla y recorrido posterior de Reina, De Felipe, Felines, Quique Costas, Martí Filosía o el también exdeportivista Zugazaga.

El jugador deportivista es una de las más de 2.500 víctimas de accidentes de tráfico en España en 1967. Una cifra en creciente aumento en una época en la que el parque automovilístico se incrementa de manera notable (un 262 por ciento entre 1960 y 1966), hasta rondar los 3 millones de vehículos. Un problema que comenzaba a convertirse preocupación nacional. Como comparación, en 2016 murieron la mitad de personas (1.160) cuando circulan por las carreteras españolas diez veces más vehículos (unos 32 millones) que hace 50 años.

El RC Deportivo quiere de este modo recordar la figura de uno de los pocos futbolistas que, lamentablemente, perdieron su vida a temprana edad y cuando formaban parte de la disciplina blanquiazul, como Catoyra (1915), Víctor (1943) y Sagarzazu (1987).